Purificación de recuerdos
Vive en mí el imborrable recuerdo con el que cargo el peso de la autodestructiva tragedia de una tóxica existencia. Bajo el yugo del ardiente letargo en ese infinito desierto, donde mi sombra no se despega de mí, largo tiempo he yacido ante las impetuosas arremetidas de una ilusoria luz de esperanza, que oculta bajo la superficialidad de sus rayos la implacable esencia subrepticia del abatimiento. Un abatimiento que bajo las etiquetas de decepción, desesperanza, olvido sin perdón y corrosión en una vida plagada de soledades encubiertas y sueños rotos, es testigo de quienes, con ojos que ven lo iluminado y espejos que reflejan la luz, reciben y aceptan aquel fraudulento paradigma con brazos abiertos y así viven prisioneros de su propias decisiones, bajo la ilusoria imagen de la libertad y la holgura. Es imposible que dicho recuerdo fluya desde el melancólico rincón de los lúgubres recuerdos de aquella libertad en prisión, sin que el mismo sea acompañado por la suave y empática caricia...